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DERECHO A SOSPECHAR

El terror de mi infancia fue E.T. Caminaba el largo trecho entre mi cama y la de mis padres, para rogar por un pequeño espacio que me permitiera pegar el ojo sin que ese remedo de tortuga apareciera en mi cabeza. Hoy me desperté a las 4:30 de la mañana. Nos acechaban muy de cerca desde la orilla de la cama. Unos grandes ojos negros con pestañas de camello, buscaba consuelo entre la oscuridad de la noche. Ya no pude seguir durmiendo, mi cabeza aplicó la de siempre: pensar en lo que no pienso a horas en que no debe pensarse.   Hasta que entré a la prepa pude dormir bien, creo que porque me resigné, así que hice de la hora de dormir un ritual que empezaba con la cena y terminaba con charlas radiofónicas. Quizá fue que en esos días la jornada escolar se había extendido por la danza, salía más tarde, y en temporada de teatro los sábados no eran míos. Dormía mejor. Sólo diez minutos 4:40. Noto como sus respiraciones están sincronizadas, una más pequeña que la otra. Me entra un p
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BEDUINO

Me acabo de dar cuenta de que la gente no se va, tan sólo continúa. Cuando la gente se muere, pues eso: se muere. Deja de estar, aunque la recuerdes, aunque guardes su ropa apolillada o le dediques todas tus victorias académicas: ya no está. Pero cuando la gente no está ahí presente, existe la amenaza de volverla a ver. En una fiesta. En la calle Madero. El Bar. Su cafetería. El metro. Entre la multitud de un concierto. Se te pasa el susto después de muchos años. Platicas, gritas, lloras; igual que cuando alguien se muere. Yo lloro hasta cuando matan animales en las películas, por eso mi llanto no se lo toman en serio. Igual que el que se la pasa posteando que está miserable y triste después de años de una relación amargada: ya nadie le cree. La gente no le da oportunidad a sus caprichos: después de unos años ya no lo vas a querer. Sí, después de algún tiempo puedes notar que es cuestión de orgullo: es por ti, no por el otro.  Por eso sufrías (o sufres) tanto, porq

Papel Acapulco

Hay un placer extraño en sentarme y no hacer nada. Pero no en mi casa, si me siento allá estoy inquieta casi con angustia, a menos que esté viendo videos viejos en el YouTube.  Si me siento en un lugar extraño  puedo relajarme al punto de quedarme dormida.  En casa no puedo porque cuando mis ojos se quedan fijos en un punto me dicen que estoy “loqueando”, como si loquear fuera malo o el presagio de un desastre.  Ayer fue la última vez.  Hoy no fui directo a casa, me vine a una inauguración con el peligro de encontrarme con el capataz de mis ojos. Me he citado con un cómplice. Lo estoy esperando. Sentado en el sillón de enfrente, un señor de zapatos muy boleados, algo zapatea, algo hace en su celular, respira tranquilo. Yo traigo un mareo que ya me está asustando. La semana pasada volvió a pasar, esas malditas convulsiones por nada. Estoy tan mareada y temblorosa-de-manos que me parece que las personas alrededor lo notan. Ya llegó. Iré por una copa de vino. Espero no caerm

Tres aves en la cabeza

. El insomnio, Lamentaciones 1, El Club de la Pelea, Beirut, la comida de diario, más dinero, más dinero, un pato, el insomnio, incontable llanto, el insomnio, la mano, el dibujo que no llegó, el insomnio, respirar, respirar, respirar, respirar. La danza. Escribe mejor, el insomnio, comamos mejor, dar de comer, hacer las compras, el pacto, preparar, vamos, ven, abrazos, silencios, silencios, silencios, respirar, el insomnio, el que no se calla. La danza.  Párrafos dignos del moqueo de los exagerados. ¡Que no me da la gana!  Querer o no desear, la contradicción de por medio. Palabras promiscuas. .. Triste tigre de garras limadas, tigre de tristezas inacabadas cuyo deseo de cazar se ha terminado, ahora vegetas en tu desasosiego. Has olvidado el inicio de tu final, cuando pudiste ver desde lo alto del monte que las nimiedades abundan y la vida es una.  Ahí estás, solo entre árboles y piedras, ruges para recibir el eco de tu confusión, te bañas con las bacterias d

ACRÓBATA

El orgullo viene en paquetes de 12, se acaba con cada fumada de ansiedad; también viene en paquetes de 8 – como las salchichas – se acaba con cada mordisco de desasosiego.  Los peces no vienen en paquetes, vienen en cardumen o engramados en sus bolsas cadavéricas. Descansan. Ahí quietos en el fondo de la pecera parecen muertos, no parpadean. Los peces vuelan en cámara lenta, hacen sobrias acrobacias. La vanidad es un gas apestoso que viene en los más diversos frascos, cada mililitro es veneno que, disuelto en los pulmones, invade cada célula del cuerpo. Inocua para pocos, nociva para mi. Cuando era una pequeña niña mi padre llevó a la familia al barrio chino, entramos a un restaurante en el que tenían una pecera gigantesca. Vi que los peces se deslizaban con la mirada perdida y su mente en quien sabe que, así como yo casi todo el tiempo.  El deseo es muy caro, viene en paquetes individuales. Complacer cada uno de nuestros deseos nos sumerge en vicio sañoso que te ro

Carta desde el desierto

Love is not a victory march It´s a cold and it´s a broken hallelujah Rufus Wainwright La gente necesita algo más que las bondades del hedonismo, necesita cause para navegar y no envejecer estancado ¿Qué puede producir movimiento en la voluntad del hombre? ¿Qué clase de movimiento? Escuché hace unos días que no se trata de “bueno” o “malo”, es acerca de consecuencias; para mi es lo mismo.  Necesito un cause, que es acto, desplazamiento del Espíritu hacia los otros. Contra-puesta al río de agua viva, la voluntad. Escuché de un hombre llamado David, de corazón excepcional, que hizo música para traer paz al espíritu intranquilo; él uso su libertad para complacerse, luego se arrepintió. El arrepentimiento es más que sentirse mal, no es un camino ni ritmo; es – como en la música – una enmienda, es corregir y subsanar cuando aún es posible. Despreciarlo es dar un paso hacia la supresión de la empatía ¿cómo poder amar si no te enteras del otro?, ¿cómo te enteras del re

Show, pop y te hecho tanto en falta

Recientemente descubrí la ópera. Mi padre la escuchaba provocándome serios disgustos, yo quería escuchar su soundtrack del Padrino para bailar a todo lo ancho de la sala; me tocaba soportar. Luego la olvidé. Ahora no solamente me gusta, en las últimas semanas de mi vida se ha convertido en el reflejo de mis exageraciones: eso es — me digo — , un rato de actuación, música, escenografía ¿cuánto vas a invertir en tu producción? De entre todas las cosas que arroja para que mastique mi mente, la cuestión esta de producir una obra que, en la opera, no podría nunca ser pequeña, que si sencilla. Hacer que todos los elementos cuadren es para verdaderos expertos, que los asistentes encajen con todo el montaje es cuestión de magia. Eso me ha parecido cuando afuera de Bellas Artes he visto llegar, con toda ostentación, a los que traen sus boletos de entrada en las bolsas. Nunca he ido a la ópera, soy cibervoyerista.  Por otro lado las voces, los solistas. No podría ser protagonista, en l