Arriesgar un poco más, ya no es opción ni buena idea cuando se ha perdido casi todo. Cuando de un mismo queda poco, lo que se busca es no ceder, ni diezmar, mucho menos compartir. Eludir, transmutar en lo deseado es tan perverso ¿no es así? A menos que se cuente con ayuda divina, ¿no es absurdo esperar lo más inhumano de alguien? Y aun así que desagradable conocer lo más humano del interlocutor. No es que desee un teatro, ni mentira. Quiero silencio, como Juana Gallo con Little Joshep, y hasta ella tuvo que aplicar un ligero e inocente correctivo… a quien engaño, no hay inocentes, no justos, sólo relaciones desniveladas. Ceder, transferir (rindiéndose) cierta cantidad de voluntad. Conceder, entregar (bajo negociación) un algo que un alguien desea. Mejor silencio, obvio y confortable. Así ya no hay desgaste, nadie se termina.