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Mostrando entradas de enero, 2010

LAS GRANDILOCUENTES BATALLAS ENTRE PLAYMOBILS

Soren saca nueve playmobils del ciento que tiene; Lola con resignado orgullo juega con siete de aquellos muñecos. Será que están asolanados; será que Lola tiene las manos tan frías que casi no puede mover sus dedos… solo el hurón en la luna sabe porque a Soren se le ocurrió sacar un alfiler y atravesar la mano de una playmobil de la muñeca Críptica. -¡No Soren, no!- exclamó Lola al filo de la histeria. -¡Qué simple el juego del sadomasoquismo!- pensó exclamoso Soren. Ante tal idea se presenta otra más feroz; Lola ha traído cuatro diccionarios para jugar; ha dado cuenta de que Soren en su infantil y acuoso sarcasmo la subestima. Cuatro diccionarios eliminan cuatro muñecos dejando solo cinco. Al ritmo de pánico Soren contraataca con preguntas pseudo socráticas “¿Por qué Lola es Lola y no la Señora Lecter? dice recargando el mentón en su mano “¿Si Lola es amiga sabe que es amistad?”, por último destroza a cuatro de sus muñecos y la mencionada playmobil manca, “Oye Lola ¿Cómo es que

VIDA PLETÓRICA (SOREN Y LOLA VAN A CENAR)

Lola tiene muchas cajas de zapatos, en ellas habitan sus engendros; ocupan una buena parte del ropero, no estorban. Soren tiene novecientos veintitrés oleos sin terminar; ocupan ya todo el espacio bajo su cama, no estorban. Lola ocupa tres cajones de los cuatro que tiene su escritorio. Uno tiene sombreros; el otro cuadernos. El tercero: una caja de medicamentos, apartadores de libros, tres pequeñas cajas; en la tercera guarda un arete roto y un chocolate. En el mentado cajón, una libreta de pendientes y cosas por adquirir; unas tablitas, un encendedor, un ratón y un gato. Soren ocupa un estante de los muchos que tiene su gigantesco mueble. Debajo de la televisión, y sobre la repisa, una capa de polvo. Junto a la televisión todo o nada; de día nada, de noche todo: el reproductor de música, el porta papelitos de piel, monedas, pelusas, el dinosaurio mocoso que carga con tres llaves: una para la reja y dos para la puerta de madera. Desde hace poco también se encuentran ahí, las llave

VÓRTICE, SOREN Y LOLA EN LA ENTRADA DEL LABERINTO

—Hoy recordé que en las andanzas de la vida, siempre se va perdiendo la fe. Hasta que un vórtice de complicadas y misteriosas situaciones nos expulsa, en primera instancia, a una terrorífica oscuridad. No hay arriba, no hay abajo, ni adelante, ni atrás… se pierde toda dimensión… y entonces realmente empiezas a perder la fe. Como segunda instancia una cardiaca sorpresa; al borde de la insanidad, el vórtice te regresa al mismo lugar… pero no a lo mismo tiempo. Hoy y en otros ayeres, me recordé que ya he pasado por el vórtice; y por eso estoy aquí, para que en los mañanas no me repita. Para poder verte y decirte que tu también ya has pasado por el vórtice y tienes la oportunidad de volver a hacer sin repetirte. Creo que el vórtice me colocó aquí, porque tenías que hacerme saber que hay que vivir para existir amando. Soren, ¿quieres quererme? Soren de cualquier manera puedes entrar al laberinto, solo no vayas a donde no hay estambre, porque de esos lugares no te puedo sacar— A todo el niño

Dedos Barrocos

Vivir en una caja no ha sido muy grato para Soren P. Sadnerson ... se aburre tanto, extraña la luz; sobre todo en días como estos, de luna llena. Para el que no sepa, los días de luna llena son en extremo interesantes; por cuestiones que sólo entienden los relojes, la luna en esta fase provoca en los humanos un exquisito delirio erótico e iracundo; andamos todo el día como hipnotizados. En los días de luna llena los vampiros se ponene frenéticos dado el estado de estupidez de los frágiles hombrecillos, las hadas de colmillos y minufaldas observan morbosas desde las hojas de los árboles. Soren que es buen amigo, recordó que a Lola Críptica le encantan estos días: - Soren, en días como estos la simetría ocupa el cielo, pero no la tierra, ¿y si vemos una libélula asimétrica? no, no quiero salir.- Ante tal negativa confusa, Sadnerson se fue al librero a perversear. Ya en la noche, cuando la luna evidencia sus defectos: - Lola, creo que me estoy convirtiendo en fantasma, ¿vez que blanca es