Ya no me gusta escuchar como antes. Se me agotan los esfuerzos, se me acaban los antojos y las ganas de hacer con mi vida lo común; hay en mí un raro impulso que se lleva las certezas que tengo de este mundo y sus habitantes. De aquellos antojos: irme lejos, vivir diferente, vivir aquello que es absurdo ante los ojos de los que no tienen fe ¿Por qué no? No hay nada, ni nadie que venga con coerciones a impedírmelo, tengo libertad de hacer, pero sola.
Era esta tarde, estaba con el Herr Doctor Legumbre sosteniendo una de tantas conversaciones que nos llevan a discusiones que acaban por sacarlo de quicio a él y de confundirme a mi… me doy miedo, a veces ya no entiendo el hacer del filósofo; decía, éramos los dos platicando, él habla mucho y yo escuchaba hasta que me perdí, pensaba en Pablo, en que lo entiendo muy bien cuando dice que lo mejor es no casarse y me dio miedo, porque algunos filósofos piensan así, hay algo en las relaciones humanas que distrae del arduo ejercicio de la reflexión, el hacer y escribir.
Regresé muy asustada de mis reflexiones para poner en mesa: Dios, adoración, alabanza y arte; la “música es arte no figurativo”, ¡¡¡bum!!! La comprensión llegó a mí y tuve lo que se conoce como orgasmo mental, en seguida comencé a tejer complicaciones, cuestionamientos, al final quedó en mi mente “Dios habitará en la oscuridad, Salomón, Moisés…” no pude más. “Hasta mañana Dr. Legumbre… y si, usted y Hegel están chavos”, me encanta molestarlo.
Jugué Zelda para vaciar mi mente, llegué a casa, me cambié, me fui. Platiqué con una de las pocas amigas que tengo, de esto, de los amigos que no pueden expresar sus molestias, de aquello. Vimos un performance: Desfile de chicas salidas de un comic manga, una de ellas en bragas y paraguas., otras tres de rosa y la ultima con orejas y un pequeño sombrero de copa; tomaron el té, vistieron a la semidesnuda, tomaron el té, mensaje “Lolitas, son expulsadas de la sociedad por no ser comprendidas” o algo así, lo chica gato me dio un mazapán, dos chicas de rosa flores blancas. Fin.
Pobres Lolitas, yo no sabía sus dolores, ingenua yo pensaba que sólo los que creemos en un Dios sufrimos la discriminación, el repudio, el maltrato verbal… basta de sarcasmos.
Cené muy rico, con compañía arto agradable, con relajación en mi ser. Llegó una saxofonista y una chica que pretendía acompañar mal tocando un cajón boliviano “¿les gustó?” no pude callarme. Regresé al hogar.
Acá estoy, queriendo estar allá, no porque no me guste este lugar; sino porque por estos lares todo es lo mismo y yo ya no quiero todo igual, deseo un giro, deseo ir allá y vivir lo que yo no he planeado.
Era esta tarde, estaba con el Herr Doctor Legumbre sosteniendo una de tantas conversaciones que nos llevan a discusiones que acaban por sacarlo de quicio a él y de confundirme a mi… me doy miedo, a veces ya no entiendo el hacer del filósofo; decía, éramos los dos platicando, él habla mucho y yo escuchaba hasta que me perdí, pensaba en Pablo, en que lo entiendo muy bien cuando dice que lo mejor es no casarse y me dio miedo, porque algunos filósofos piensan así, hay algo en las relaciones humanas que distrae del arduo ejercicio de la reflexión, el hacer y escribir.
Regresé muy asustada de mis reflexiones para poner en mesa: Dios, adoración, alabanza y arte; la “música es arte no figurativo”, ¡¡¡bum!!! La comprensión llegó a mí y tuve lo que se conoce como orgasmo mental, en seguida comencé a tejer complicaciones, cuestionamientos, al final quedó en mi mente “Dios habitará en la oscuridad, Salomón, Moisés…” no pude más. “Hasta mañana Dr. Legumbre… y si, usted y Hegel están chavos”, me encanta molestarlo.
Jugué Zelda para vaciar mi mente, llegué a casa, me cambié, me fui. Platiqué con una de las pocas amigas que tengo, de esto, de los amigos que no pueden expresar sus molestias, de aquello. Vimos un performance: Desfile de chicas salidas de un comic manga, una de ellas en bragas y paraguas., otras tres de rosa y la ultima con orejas y un pequeño sombrero de copa; tomaron el té, vistieron a la semidesnuda, tomaron el té, mensaje “Lolitas, son expulsadas de la sociedad por no ser comprendidas” o algo así, lo chica gato me dio un mazapán, dos chicas de rosa flores blancas. Fin.
Pobres Lolitas, yo no sabía sus dolores, ingenua yo pensaba que sólo los que creemos en un Dios sufrimos la discriminación, el repudio, el maltrato verbal… basta de sarcasmos.
Cené muy rico, con compañía arto agradable, con relajación en mi ser. Llegó una saxofonista y una chica que pretendía acompañar mal tocando un cajón boliviano “¿les gustó?” no pude callarme. Regresé al hogar.
Acá estoy, queriendo estar allá, no porque no me guste este lugar; sino porque por estos lares todo es lo mismo y yo ya no quiero todo igual, deseo un giro, deseo ir allá y vivir lo que yo no he planeado.
Comentarios
El chiste es construir de cero.