Hay frases que escucho mucho, a veces demasiado, como “así soy yo”, “siempre”, “nunca”, “anda en el mundial”. ¿Cómo?
“Andar en el mundial”, es una frase que se usa para hablar de personas que han creído en Cristo y que viven como si no lo hicieran, luego así dicen: Chuchita anda en el mundial, no somos de este mundo, hermana, que mal que ella ande en él.
Si, no somos de este mundo y que complejo, porque no somos extraterrestres, porque aquí amanecemos todos los días y aún así, no somos de este mundo. Tenemos deseos, comemos, viajamos, estamos en este mundo. El mismo mundo donde habitan animales, legalistas, extremistas, ateos, los buenos, los villanos y el acto mismo del amor. Es el mismo mundo, donde hay prostíbulos donde “trabajan” niñas de trece años y hay quienes piensan que no tiene nada de malo, si es el trabajo más antiguo. El mismo jodido mundo donde se construyen templos para alabar a Dios sin brazos, mientras afuera hay miles, ¡miles! Muriendo en pobreza, donde somos criticados, donde nos gritan “¡hipócritas! Denles de comer!” y aquellos habladores vacían sus bolsillos presas del mismo sistema del que todos somos cebo.
Este mundo, es un lugar terrible, es la sede de la crueldad y del silencio.
Es en este mundo donde vivo, desde donde escucho Su voz que me llama, desde donde clamo: no te entiendo.
Vivo en un lugar terrible, en un “mundial” que dura hasta que tengan que enterrarme. Aquí tengo que estar. Tengo que, aunque no quiera.
Aquí vivo, aquí me gusta vivir, en este lugar terrible. Aquí, desde este lugar terrible veo la gloria de mi Dios, que me da Amor para dar.
Desde aquí, de este lugar terrible, desde la posibilidad de lo inimaginable, la gloria de mi Dios.
“Andar en el mundial”, es una frase que se usa para hablar de personas que han creído en Cristo y que viven como si no lo hicieran, luego así dicen: Chuchita anda en el mundial, no somos de este mundo, hermana, que mal que ella ande en él.
Si, no somos de este mundo y que complejo, porque no somos extraterrestres, porque aquí amanecemos todos los días y aún así, no somos de este mundo. Tenemos deseos, comemos, viajamos, estamos en este mundo. El mismo mundo donde habitan animales, legalistas, extremistas, ateos, los buenos, los villanos y el acto mismo del amor. Es el mismo mundo, donde hay prostíbulos donde “trabajan” niñas de trece años y hay quienes piensan que no tiene nada de malo, si es el trabajo más antiguo. El mismo jodido mundo donde se construyen templos para alabar a Dios sin brazos, mientras afuera hay miles, ¡miles! Muriendo en pobreza, donde somos criticados, donde nos gritan “¡hipócritas! Denles de comer!” y aquellos habladores vacían sus bolsillos presas del mismo sistema del que todos somos cebo.
Este mundo, es un lugar terrible, es la sede de la crueldad y del silencio.
Es en este mundo donde vivo, desde donde escucho Su voz que me llama, desde donde clamo: no te entiendo.
Vivo en un lugar terrible, en un “mundial” que dura hasta que tengan que enterrarme. Aquí tengo que estar. Tengo que, aunque no quiera.
Aquí vivo, aquí me gusta vivir, en este lugar terrible. Aquí, desde este lugar terrible veo la gloria de mi Dios, que me da Amor para dar.
Desde aquí, de este lugar terrible, desde la posibilidad de lo inimaginable, la gloria de mi Dios.
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