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PIRATA I



Él tiene muchas cartas, y yo una pendiente, aparentemente hay mucho que decir, eso ha dicho; lo que yo digo es que hay poco que manifestar y un plexo de cosas que charlar. Me he propuesto mandarle una postal que diga poco haciéndole sonreír hasta arrugarse, y nada más no se me ocurre que. Le tengo una carta, y es esta:

“Estimé” te digo porque es cursi y porque es verkitschen. Tengo en el sótano la máquina que se necesita para motorizar sendo barco, ahora basta con que regreses y lo montes, claro, ya sabes a que mi no me gusta eso de ensuciarme así que, a lo más, te contrato una persona que te ayuda a reclutar ayudantes y yo te veo, te animo y te recuerdo que no debes de desvelarte mucho en las fiestas, ni gastar tu dinero con mujeres, que aunque te parezca que lo valen, te han hecho perder años de dar inicio a esta ambiciosa empresa. Yo no olvido el trato que hicimos, me apetece un planeta y que pueda yo escaparme del tratado de comercio que tienes en mente, eso de dar explicaciones a otros no es lo mío. ¡Ah! Y al tema tengo que decirte que la soledad me sigue coqueteando, bueno no la soledad, la soltería; hay días que me veo como Jane Austen, escribiendo en el planeta New Oxford (es broma, es un nombre horrible), acompañada de mil gatos y mis dientes teñidos de tanto té con cigarros, sin tener que abrir la boca por días, sin tener que explicar que estoy pensando.   
Te digo, estimé, que yo no me fío de mis emociones porque son traicioneras, me he estado entrenando y casi lo logro; he tenido periodos largos en donde no entristezco, no me enojo, no me siento feliz, que si a ratos contenta. Luego caigo, me dejo convencer por la Señorita B. y salgo, conozco personas, acepto salir a tomar café, pero nada me interesa realmente tanto; hasta que de pura suerte, de antojo, ya no estoy segura, me permito sentir. ¡Qué porquería! Lloro, sufro, no puedo dormir, me siento que soy poca cosa, si, puro drama ridículo y me siento peor porque ¡es pura dramatización! exageración del descontento que me ocasiona tener que amar a otro humano. Vuelvo al robot.
Deseándote no te oxides, la Sirena”

Por supuesto, jamás firmaría una carta con mi nombre. No podría mandarle una carta así, no quiero estas letras para él, que es un pirata con tantas cosas que decir  y que no formula como expulsarlas. 
Postal pendiente. 

Comentarios

Avenarius Sabaticus ha dicho que…
Eso pasa cuando se lee la correspondencia privada: se encuentra uno siempre retratado al margen. No soy pirata pero sí que tengo pendiente un viaje, en navío intergaláctico o en extenuante caminata cósmica. No quiero reconocerme en una postal que no ha sido escrita para que yo me identifique y extrañe a todas las personas que fui. No quiero pero heme aquí. Escribo al margen porque no puedo encontrar a mi destinatario [Todavía quiero ser miope, casi ciego, abrir los ojos y confirmar gradualmente que el mundo es lo que yo sé bien que ya es] es cuestión de azar y de viajar en el tiempo, y hasta donde comprendo, eso todavía no es posible.
Al margen respondo y al margen digo que los cafés y las charlas para mí son la felicidad tal y como puedo concebirla ahora, que todo está bien aunque siempre pudiera ser mejor, que si me asomo no es porque quiera rastrear la cadena de acontecimientos, sólo quiero saber que el mundo no desaparece aunque nunca sea igual a lo que ha sido un minuto atrás.
En serio que sólo escribo al margen, del margen de emociones que se nos permite a nosotros que no podemos dejar de escuchar nunca la voz molesta de nuestra propia conciencia.

[Pero es cierto, yo no soy ningún pirata y no debería estar pensando en responder nada.]

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