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Soren y Lola van a almorzar

Soren y Lola, definidos por muchas situaciones, obedeciendo su sentido mas extraño, deciden ir a almorzar a la playa. La música del mar invade los sabores de la comida que traen, pero Lola con su nariz caprichosa logra separar los olores. ¡Que feliz esta Lola!, hasta que Soren saca de la bolsa de su pantalón, imágenes de la soledad que la espantan; Soren se carcajea, la abraza y dice: la soledad es sólo un estado. Sonríen.

Un roce, una caricia, un abrazo que casi es beso, si no es que Lola se distrae con la vibra de Soren….Soren vibra a Lola. Risas. Abajo de un árbol muy alto observan el cielo; en el cielo, la luna y el sol coinciden, como el arte, como la fe, como decir te amo cuando lo sientes, como escuchar te amo de quien amas. Lola le habla a Soren con la mirada, pero a él no le gusta mucho mirarla, esta absorto en el ajedrez. Jaque mate. Lola se muerde el dedo para llamar su atención; en vez de dar cuenta del dolor de aquella boba, Soren se ríe solo. A manera de consuelo Lola sonríe ante un recuerdo.

Sus oídos encuentran el mismo sonido y cantan:
Cantar con-tigo
Cantar contigo
Cantar-te
Leer-te
Escucharte
Verte
Olerte

“Olerte” resuena en sus fosas, los olores, como al inicio, vuelven a interrumpir. Después de tanto jugar nada, sacan de la canasta lo que mas le gusta a Lola: mango, luego ciruelas, sandía, luego fresas, las cuales arrancan de la lengua de Soren un sonoro “uff”; al último pera.
La brisa, el atardecer; todo pinta como un cuadro impresionista, pero con movimiento tal de una buena película; tal como platicar una buena película, Soren y Lola beben café de la misma taza rota.
Lola es una niñota, Soren un tanto más, no se contienen y vuelven a jugar. Ahora ella juega a encontrar, él juega a buscar sin encontrar lo que buscaba, él espera encontrar algo mejor. Que feliz esta Lola, pues Soren le ha dado un recuerdo para su colección, le ha dado un susurro que dice, “aprender muchas cosas me hace llorar”. Una vez más Lola se tapa los ojos, la melancolía la ha atacado … ella ya no tiene lagrimas para llorar. Con esto, ella da cuenta de que Soren esta hecho de agua, y ella solo de plastilina tóxica.
Lola baila, le baila a Soren y éste solo se sonroja, cierra sus ojos y sueña con obtener la respuesta deseada, conocer a la persona deseada, sueña con su persona favorita. Mientras tanto, Lola retoza a su lado…. ¡ah! ¡Mariposas! Lola lo abraza. Duermen, no duermen. Soren canta con signos, ella le aplaude.

Dalí, Picasso, Goya, Durero, el Greco, Basquiat, Velásquez, Cortazar, Hesse, Carroll, Paz, Nietzsche, Tom York, Dostoievski, Mark Twain; todos ellos pasan en una kilométrica bicicleta, atrás de ellos van corriendo, Tom y Huck. “Allá van ellos” piensan, “siguen viajando, se dirigen al tren”.
Silencio. Paz. Lola quiere un orgasmo, Soren lo quiere provocar. “Hacer el amor, sería….” piensan y se dejan distanciar, por amigos sosos que no son mas que un recuerdo fantasmal. Lola quiere seguir jugando, Soren propone los juegos de seducción …silencio, que ricos son los silencios entre estos dos. El Dalhai Lama, Jesús, Lucifer, la simple idea los hace recoger. La playa queda quieta otra vez.

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