Era Soren P. Sadnerson un despojo de universo que flotaba gris entre las personas. Era Lola una niña caprichosa que desde que lo imaginó, le pinto barba azul y brazos largos. Son ahora como el celofán y las olas; son ahora religiosos radioescuchas de Sinfonola Mierdolina.
En las mañanas soleadas de jueves, Lola despierta eufórica a las nueve, enciende el radio para escuchar el único cuadrante adecuado para tan raro par; luego despierta a Soren cocinando cococha con pasta verde, y Soren despierta, se estira, talla sus ojos y canta la primera canción del día, pero desentona por la tos ferina.
Era Soren muy sano hasta que Lola lo adoptó, tienen razón, todo se parece a su dueño. Lola ahora es una desquiciada tejedora, inventora… últimamente inventora. Sinfonola Mierdolina tocaba la usual porquería, cuando Lola escuchó desde la cocina un “cof” muy particular: “Cof, cof, egem, cof, caf, cof”, sórdido sonido sangra pulmones fue producido por su amigo. De tés y medicinas Soren no es cliente, así que Lola creó la “succionación de ojos”. Tan fácil: solo hay que pedir al enfermo que cierre sus ojos y entonces se procede a realizar la succionación; la tos así no se quita, pero esta comprobado que la ferina si.
Era Soren un niño que no sabia besar sin abrazar, hasta que Lola le enseño los abrazos de koala y los besos cierraojos. Era encierro imaginario y ahora imaginario consuelo, que se enferma de ferines y come cococha. Es amigo imaginario que espanta fantasmas, monstruos bokowskianos que buscan a Lola, amigo que hace crecer en su cabeza antenas. Amigo que visita el bosque y vive en la playa, amigo imaginario ahora de profesión, todavía mas despojo del universo que Soren P. Sadnerson, todavía vagabundo (uno muy particular porque no lleva nada a cuestas) … todavía “amigo” porque no desea arriesgarse a una fatídica transmutación… todavía vagabundo que regresa todas las mañanas de jueves para escuchar Sinfonola Mierdolina.
En las mañanas soleadas de jueves, Lola despierta eufórica a las nueve, enciende el radio para escuchar el único cuadrante adecuado para tan raro par; luego despierta a Soren cocinando cococha con pasta verde, y Soren despierta, se estira, talla sus ojos y canta la primera canción del día, pero desentona por la tos ferina.
Era Soren muy sano hasta que Lola lo adoptó, tienen razón, todo se parece a su dueño. Lola ahora es una desquiciada tejedora, inventora… últimamente inventora. Sinfonola Mierdolina tocaba la usual porquería, cuando Lola escuchó desde la cocina un “cof” muy particular: “Cof, cof, egem, cof, caf, cof”, sórdido sonido sangra pulmones fue producido por su amigo. De tés y medicinas Soren no es cliente, así que Lola creó la “succionación de ojos”. Tan fácil: solo hay que pedir al enfermo que cierre sus ojos y entonces se procede a realizar la succionación; la tos así no se quita, pero esta comprobado que la ferina si.
Era Soren un niño que no sabia besar sin abrazar, hasta que Lola le enseño los abrazos de koala y los besos cierraojos. Era encierro imaginario y ahora imaginario consuelo, que se enferma de ferines y come cococha. Es amigo imaginario que espanta fantasmas, monstruos bokowskianos que buscan a Lola, amigo que hace crecer en su cabeza antenas. Amigo que visita el bosque y vive en la playa, amigo imaginario ahora de profesión, todavía mas despojo del universo que Soren P. Sadnerson, todavía vagabundo (uno muy particular porque no lleva nada a cuestas) … todavía “amigo” porque no desea arriesgarse a una fatídica transmutación… todavía vagabundo que regresa todas las mañanas de jueves para escuchar Sinfonola Mierdolina.
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