“Era la Luna tan grande que cabíamos los dos; brillaba poco para que pudiéramos vernos cerca y ocultarnos del hurón. Ulabamos para comunicarnos.
Era aquella tan redonda que podía flotar entre las nubes, era tan juguetona que se escondía detrás de ellas. Tú y yo estábamos cazando.
Llena, ¿llena de qué, te has preguntado? Esta idea se usa porque ahí se depositan los hurones atrapados; nosotros somos tan buenos que siempre la llenamos.
Llena estaba entonces y decidimos soltarlos, seguimos cazando hasta saciarnos el hartazgo.
Aquella vez fue almuerzo ahora cena, crepas, chococacahuate, pastel a la Warhol y poesía para ti:
Este era un pájaro
con un amigo gátoro.
El primero hacia quesos,
y el segundo era mágoro.
Pájaro vuela entre nubes.
Gátoro pasea entre techos,
El primero duerme entre tules.
El segundo duerme en lechos.
Para mí un Sueño sin fin, un cuento que se va narrando. Vino, ensaladas, aderezos exóticos y empanadas.
Una larga lista de canciones, nuevos sucesos, nada en exceso, cambios y estanques de agua fría, imágenes miles de fotografías, una nueva ciencia, el mismo olor pero más fresco. Sudores y gomitas de sal, Pelú el cuervo y festivales en donde solo yo puedo cantar. Cuanto más podemos agregar aquí, sin que necesariamente sea el fin, porque para seguir cazando hace falta que la luna se vacíe sin olvidarse. Este tampoco es el principio del fin: -Soren P. Sadnerson ¿Qué horas son?-“
Era aquella tan redonda que podía flotar entre las nubes, era tan juguetona que se escondía detrás de ellas. Tú y yo estábamos cazando.
Llena, ¿llena de qué, te has preguntado? Esta idea se usa porque ahí se depositan los hurones atrapados; nosotros somos tan buenos que siempre la llenamos.
Llena estaba entonces y decidimos soltarlos, seguimos cazando hasta saciarnos el hartazgo.
Aquella vez fue almuerzo ahora cena, crepas, chococacahuate, pastel a la Warhol y poesía para ti:
Este era un pájaro
con un amigo gátoro.
El primero hacia quesos,
y el segundo era mágoro.
Pájaro vuela entre nubes.
Gátoro pasea entre techos,
El primero duerme entre tules.
El segundo duerme en lechos.
Para mí un Sueño sin fin, un cuento que se va narrando. Vino, ensaladas, aderezos exóticos y empanadas.
Una larga lista de canciones, nuevos sucesos, nada en exceso, cambios y estanques de agua fría, imágenes miles de fotografías, una nueva ciencia, el mismo olor pero más fresco. Sudores y gomitas de sal, Pelú el cuervo y festivales en donde solo yo puedo cantar. Cuanto más podemos agregar aquí, sin que necesariamente sea el fin, porque para seguir cazando hace falta que la luna se vacíe sin olvidarse. Este tampoco es el principio del fin: -Soren P. Sadnerson ¿Qué horas son?-“
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