Sin saber el futuro, Lola le decía a su P. Sadnerson:
— Tú no lo sabes, pero a veces creo que el cielo es de verdad un firmamento, donde Dios ha anotado todos sus planes, claro, los menos importantes. Soren, las antiguas culturas al descifrar el código estelar, debieron faltar al respeto de lo privado y por eso los mayas desaparecieron ¿no crees? Además el smog nos oculta las estrellas, es decir, ya ni una ni otra cosa Soren P. : ni admirar la belleza, ni morbosear sus secretos. ¿Qué tienen las estrellas? ¿tú sabes Soren? Y es que algunas sirenas las tienen sumergidas; algunas mujeres quieren que las bajen para meterlas en cajones…— acababa divagando.
— Debe saber el hurón Lola, él es su vecino. Hoy debe ser el tercer día de luna llena así que tal vez podamos verlo.— Soren subió los crujientes escalones y retocó seis veces el espejo del ropero, pero no salía; a Lola se le ocurrió que tal vez se estaba disfrazando para salir a trabajar, Herr P. Sadnerson tuvo que hacerle notar a la niña que estaba nublado.
— Quizá se ha tomado la noche libre….. Vamos Lola, deja tus curiosidades para después. —
Bajaron a la guarida lolesca, pero la niña plastilina aún no dejaba sus curiosidades.
— Soren, quiero ir a donde pueda ver las estrellas —; pero aquel imaginario amigo veía muy humanamente el futbol, así que no le hizo caso. Tampoco dio cuenta de que Lola estaba escribiendo una carta; un poco triste y muy estrellada.
— Tú no lo sabes, pero a veces creo que el cielo es de verdad un firmamento, donde Dios ha anotado todos sus planes, claro, los menos importantes. Soren, las antiguas culturas al descifrar el código estelar, debieron faltar al respeto de lo privado y por eso los mayas desaparecieron ¿no crees? Además el smog nos oculta las estrellas, es decir, ya ni una ni otra cosa Soren P. : ni admirar la belleza, ni morbosear sus secretos. ¿Qué tienen las estrellas? ¿tú sabes Soren? Y es que algunas sirenas las tienen sumergidas; algunas mujeres quieren que las bajen para meterlas en cajones…— acababa divagando.
— Debe saber el hurón Lola, él es su vecino. Hoy debe ser el tercer día de luna llena así que tal vez podamos verlo.— Soren subió los crujientes escalones y retocó seis veces el espejo del ropero, pero no salía; a Lola se le ocurrió que tal vez se estaba disfrazando para salir a trabajar, Herr P. Sadnerson tuvo que hacerle notar a la niña que estaba nublado.
— Quizá se ha tomado la noche libre….. Vamos Lola, deja tus curiosidades para después. —
Bajaron a la guarida lolesca, pero la niña plastilina aún no dejaba sus curiosidades.
— Soren, quiero ir a donde pueda ver las estrellas —; pero aquel imaginario amigo veía muy humanamente el futbol, así que no le hizo caso. Tampoco dio cuenta de que Lola estaba escribiendo una carta; un poco triste y muy estrellada.
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sal 19:1-6